Otro caso de Periodismo de Alto Riesgo
Después de 11 días de agonía, falleció la periodista que recibió nueve balazos en Nuevo Laredo, Tamaulipas
Durante once días vivió con nueve balazos en el cuerpo. Se llamaba Guadalupe García y era periodista. Ayer, a las 10:25 horas de la mañana en la ciudad de Nuevo Laredo y luego permanecer muy grave debido al atentado del que fue víctima hace poco más de una semana, falleció; mientras, el viernes pasado, otros dos reporteros locales que investigan el caso de Guadalupe fueron amenazados de muerte.
Guadalupe García Escamilla había sido hospitalizada luego de sufrir, el martes 5 de abril, un ataque a balazos cuando se disponía a ingresar a las instalaciones de la estación XHNOE Stereo 91, en Nuevo Laredo, Tamaulipas, en donde transmitiría en vivo su programa policiaco Punto Rojo.
Unos pasos antes de cruzar la puerta del inmueble, un individuo que esperaba sentado en una jardinera cercana al estacionamiento, sacó de entre sus ropas un arma calibre 9 milímetros y comenzó a disparar contra la periodista, acertando a su cuerpo en nueve ocasiones: dos en el pecho, tres en el abdomen y cuatro en piernas y brazos.
Según denuncias de la víctima desde el pasado 18 de febrero había recibido amenazas de muerte vía telefónica, y una semana antes, desconocidos habían incendiado un auto de su propiedad.
Desangrándose, Guadalupe fue llevada a la Clínica de Especialidades de Nuevo Laredo, donde los médicos le daban pocas esperanzas de vida, pues de los nueve impactos que recibió, cuatro eran de extrema gravedad y dos ojivas se alojaron en el pecho, y una más le destrozó los intestinos.
Los informes médicos reportaron durante 10 días consecutivos que las heridas que presentaba Guadalupe eran de pronóstico reservado, hasta que ayer por la mañana la noticia fue confirmada por el director de noticias de Estéreo 91, Roberto Gálvez: por una insuficiencia hepática, la comunicadora tamaulipeca había dejado de existir.
Con 15 años de trayectoria periodística, Guadalupe Escamilla, maestra normalista de carrera, trabajó también en el periódico Mañana de Nuevo Laredo; fue subdirectora de Comunicación Social del ayuntamiento de Nuevo Laredo, y en 2000 se incorporó a la citada estación radiofónica, donde se hacía cargo del programa Punto Rojo, que reportaba temáticas de policía.
En declaraciones a medios locales, el director de la Policía Ministerial del Estado (PME), Héctor Fernando Vallejo García, informó que existe la posibilidad de que el sujeto que agredió a la reportera sea el mismo que disparó contra los abogados Anselmo Guarneros y Fernando Partida Castañeda; este último perdió la vida, también el 5 de abril pasado, en un estacionamiento en el centro de Nuevo Laredo, Tamaulipas.
Paralelo la muerte de la comunicadora, fuentes del la Policía Ministerial del Estado confirmaron a Crónica que los periodistas Ricardo Flores, del canal 6 local y Carlos Figueroa del periódico Primera Hora de Nuevo Laredo, quienes han realizado reportajes sobre el asesinato de la periodista, han recibido amenazas de muerte por parte narcotraficantes, motivo por el cual la procuradora de Tamaulipas, Mercedes del Carmen Guillén Vicente, les ha asignado seguridad personal.
Mientras, mediante un comunicado emitido ayer por la tarde, la Procuraduría General de Justicia estatal (PGJE), aceptó que no cuenta con pistas concluyentes para dar con el asesino de la periodista, aunque dio a conocer que siguen algunas líneas de investigación que se guardan para no entorpecer las investigaciones.
La única pista con la que se cuenta, de acuerdo con la Procuraduría estatal, es un video que fue grabado por una cámara de seguridad que estaba colocada en el exterior de la estación de radio, filmación que se encuentra siendo analizada por técnicos especializados, en Estados Unidos.
Durante once días vivió con nueve balazos en el cuerpo. Se llamaba Guadalupe García y era periodista. Ayer, a las 10:25 horas de la mañana en la ciudad de Nuevo Laredo y luego permanecer muy grave debido al atentado del que fue víctima hace poco más de una semana, falleció; mientras, el viernes pasado, otros dos reporteros locales que investigan el caso de Guadalupe fueron amenazados de muerte.
Guadalupe García Escamilla había sido hospitalizada luego de sufrir, el martes 5 de abril, un ataque a balazos cuando se disponía a ingresar a las instalaciones de la estación XHNOE Stereo 91, en Nuevo Laredo, Tamaulipas, en donde transmitiría en vivo su programa policiaco Punto Rojo.
Unos pasos antes de cruzar la puerta del inmueble, un individuo que esperaba sentado en una jardinera cercana al estacionamiento, sacó de entre sus ropas un arma calibre 9 milímetros y comenzó a disparar contra la periodista, acertando a su cuerpo en nueve ocasiones: dos en el pecho, tres en el abdomen y cuatro en piernas y brazos.
Según denuncias de la víctima desde el pasado 18 de febrero había recibido amenazas de muerte vía telefónica, y una semana antes, desconocidos habían incendiado un auto de su propiedad.
Desangrándose, Guadalupe fue llevada a la Clínica de Especialidades de Nuevo Laredo, donde los médicos le daban pocas esperanzas de vida, pues de los nueve impactos que recibió, cuatro eran de extrema gravedad y dos ojivas se alojaron en el pecho, y una más le destrozó los intestinos.
Los informes médicos reportaron durante 10 días consecutivos que las heridas que presentaba Guadalupe eran de pronóstico reservado, hasta que ayer por la mañana la noticia fue confirmada por el director de noticias de Estéreo 91, Roberto Gálvez: por una insuficiencia hepática, la comunicadora tamaulipeca había dejado de existir.
Con 15 años de trayectoria periodística, Guadalupe Escamilla, maestra normalista de carrera, trabajó también en el periódico Mañana de Nuevo Laredo; fue subdirectora de Comunicación Social del ayuntamiento de Nuevo Laredo, y en 2000 se incorporó a la citada estación radiofónica, donde se hacía cargo del programa Punto Rojo, que reportaba temáticas de policía.
En declaraciones a medios locales, el director de la Policía Ministerial del Estado (PME), Héctor Fernando Vallejo García, informó que existe la posibilidad de que el sujeto que agredió a la reportera sea el mismo que disparó contra los abogados Anselmo Guarneros y Fernando Partida Castañeda; este último perdió la vida, también el 5 de abril pasado, en un estacionamiento en el centro de Nuevo Laredo, Tamaulipas.
Paralelo la muerte de la comunicadora, fuentes del la Policía Ministerial del Estado confirmaron a Crónica que los periodistas Ricardo Flores, del canal 6 local y Carlos Figueroa del periódico Primera Hora de Nuevo Laredo, quienes han realizado reportajes sobre el asesinato de la periodista, han recibido amenazas de muerte por parte narcotraficantes, motivo por el cual la procuradora de Tamaulipas, Mercedes del Carmen Guillén Vicente, les ha asignado seguridad personal.
Mientras, mediante un comunicado emitido ayer por la tarde, la Procuraduría General de Justicia estatal (PGJE), aceptó que no cuenta con pistas concluyentes para dar con el asesino de la periodista, aunque dio a conocer que siguen algunas líneas de investigación que se guardan para no entorpecer las investigaciones.
La única pista con la que se cuenta, de acuerdo con la Procuraduría estatal, es un video que fue grabado por una cámara de seguridad que estaba colocada en el exterior de la estación de radio, filmación que se encuentra siendo analizada por técnicos especializados, en Estados Unidos.
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