Un peligro por ser pesimista
Un estudio demuestra que la propensión a ese sentimiento aumenta el riesgo de demencia
WASHINGTON (EFE). Las personas que no presentan problemas psiquiátricos pero alcanzan grados elevados de pesimismo en un examen de personalidad, corren un riesgo más alto de desarrollar demencia, informó un equipo de expertos esta semana.
El riesgo, un 30% más alto que entre otras personas menos pesimistas, también se da en la misma proporción entre quienes tienen puntuación alta en un examen sobre depresión. Y aumenta a un 40% entre los individuos que tienen alto grado en ambas pruebas, la de depresión y la de pesimismo.
Aparentemente hay una pauta de dosis-respuesta, es decir que cuanto más altas son los puntos [de pesimismo] en las pruebas, mayor es el riesgo de demencia, dijo Yonas Geda, un neuropsiquiatra en la Clínica Mayo de Rochester (Minnessota), que encabezó el estudio.
La demencia es un trastorno neurológico que afecta la capacidad para pensar, hablar, razonar, recordar y moverse, y entre sus formas más comunes están el mal de Alzheimer y la consecuencia de daños cerebrales ocasionados por accidentes vasculares.
Aunque son comunes los cambios de personalidad tales como el pesimismo, la depresión, la agitación o la introversión una vez que una persona desarrolla demencia, los investigadores de la Clínica Mayo creen que pesimismo y depresión son, probablemente, factores de riesgo más que manifestaciones tempranas del trastorno.
El equipo de Geda, que presentó sus conclusiones el jueves en la reunión de la Academia Nacional de Neurología en Miami, Florida, enfocó esta hipótesis debido a la diferencia significativa de tiempo entre las pruebas de personalidad (en los años 1960) y la aparición de demencia o problemas cognitivos (entre 1960 y 2004).
Las personas que se habían sometido a las pruebas tenían edades de entre 10 y 69 años en la década de 1960.
Hay que ser cauteloso en la interpretación de un estudio como éste, dijo Geda. No se puede saltar de los datos a nivel de grupo a [conclusiones] individuales. Y ciertamente el mensaje que no se quiere trasmitir es el de decir: Bueno, soy pesimista así que desarrollaré demencia en 20 ó 30 años, porque eso podría terminar convirtiéndose en una profecía que busca cumplirse.
Los investigadores no recomiendan ninguna intervención específica, dijo Geda, pero siempre es una buena idea que se promueva la salud y se minimice la enfermedad, tomando las medidas apropiadas.
Damos a conocer nuestras conclusiones en una era en la cual hay intervenciones validadas empíricamente para modificar la personalidad con la intención de acceder a la salud emocional, añadió.
Según Geda los estudios contemporáneos indican que lo que se entiende como personalidad es un estilo cognitivo, emocional y de conducta modificable.
Por ejemplo, una persona pesimista puede adquirir la destrezas y el hábito que la lleven a mirar la situación en un contexto más amplio, es decir que tome en cuenta lo positivo, lo negativo y lo neutral, en lugar de que habitualmente deseche lo positivo y lo neutral y magnifique lo negativo, añadió.
WASHINGTON (EFE). Las personas que no presentan problemas psiquiátricos pero alcanzan grados elevados de pesimismo en un examen de personalidad, corren un riesgo más alto de desarrollar demencia, informó un equipo de expertos esta semana.
El riesgo, un 30% más alto que entre otras personas menos pesimistas, también se da en la misma proporción entre quienes tienen puntuación alta en un examen sobre depresión. Y aumenta a un 40% entre los individuos que tienen alto grado en ambas pruebas, la de depresión y la de pesimismo.
Aparentemente hay una pauta de dosis-respuesta, es decir que cuanto más altas son los puntos [de pesimismo] en las pruebas, mayor es el riesgo de demencia, dijo Yonas Geda, un neuropsiquiatra en la Clínica Mayo de Rochester (Minnessota), que encabezó el estudio.
La demencia es un trastorno neurológico que afecta la capacidad para pensar, hablar, razonar, recordar y moverse, y entre sus formas más comunes están el mal de Alzheimer y la consecuencia de daños cerebrales ocasionados por accidentes vasculares.
Aunque son comunes los cambios de personalidad tales como el pesimismo, la depresión, la agitación o la introversión una vez que una persona desarrolla demencia, los investigadores de la Clínica Mayo creen que pesimismo y depresión son, probablemente, factores de riesgo más que manifestaciones tempranas del trastorno.
El equipo de Geda, que presentó sus conclusiones el jueves en la reunión de la Academia Nacional de Neurología en Miami, Florida, enfocó esta hipótesis debido a la diferencia significativa de tiempo entre las pruebas de personalidad (en los años 1960) y la aparición de demencia o problemas cognitivos (entre 1960 y 2004).
Las personas que se habían sometido a las pruebas tenían edades de entre 10 y 69 años en la década de 1960.
Hay que ser cauteloso en la interpretación de un estudio como éste, dijo Geda. No se puede saltar de los datos a nivel de grupo a [conclusiones] individuales. Y ciertamente el mensaje que no se quiere trasmitir es el de decir: Bueno, soy pesimista así que desarrollaré demencia en 20 ó 30 años, porque eso podría terminar convirtiéndose en una profecía que busca cumplirse.
Los investigadores no recomiendan ninguna intervención específica, dijo Geda, pero siempre es una buena idea que se promueva la salud y se minimice la enfermedad, tomando las medidas apropiadas.
Damos a conocer nuestras conclusiones en una era en la cual hay intervenciones validadas empíricamente para modificar la personalidad con la intención de acceder a la salud emocional, añadió.
Según Geda los estudios contemporáneos indican que lo que se entiende como personalidad es un estilo cognitivo, emocional y de conducta modificable.
Por ejemplo, una persona pesimista puede adquirir la destrezas y el hábito que la lleven a mirar la situación en un contexto más amplio, es decir que tome en cuenta lo positivo, lo negativo y lo neutral, en lugar de que habitualmente deseche lo positivo y lo neutral y magnifique lo negativo, añadió.
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