¿Podría ser africano el próximo papa?
LAGOS, Nigeria - El Papa Juan Pablo II concedió a varios obispos africanos el capelo cardenalicio y les dio tareas destacadas en el Vaticano, reconociendo la importancia de un continente en el que pueden perderse las cosechas, pero el número de almas y vocaciones cosechadas por la Iglesia no ha cesado de crecer.
Muchos dices que un Papa africano podría cimentar a la Iglesia católica en estos momentos entre los pobres del mundo - evidenciando su compromiso de encabezar la lucha contra la injusticia y las enfermedades y ofreciendo la esperanza de la salvación en este mundo y en el próximo.
Incluso mientras los africanos lloran la muerte de Juan Pablo II, las calles y las Iglesias están llenas de conjeturas sobre la posibilidad de que sea elegido el primer Pontífice africano de los tiempos modernos para suceder al primer no italiano en más 455 años.
El nombre que es repetido entre los posibles candidatos es el del cardenal Francis Arinze, de Nigeria - un sacerdote que transformó las escuelas misioneras en centros de acogida para los refugiados hambrientos.
Aunque Juan Pablo no aumentó el número de cardenales africanos que dejaron sus predecesores - suman ahora 11 frente a los 12 existentes cuando Juan Pablo ocupó el trono de Pedro - aumentó considerablemente su importancia al llamar a varios de ellos al Vaticano. Arinze, por ejemplo, fue encargado de mediar en las relaciones con otras religiones - uno de los temas favoritos de Juan Pablo.
"Juan Pablo fortaleció el papel de Africa en la Iglesia", dijo Mario Aguilar, decano de estudios teológicos en la Universidad de St. Andrews. "Juan Pablo dio a las iglesias africanas las herramientas para ser más importantes dentro de la Iglesia".
Aguilar dijo que al dar a los africanos una mayor participación en el Vaticano, Juan Pablo "aumentó las posibilidades de ver a un Papa africano".
Muchos dices que un Papa africano podría cimentar a la Iglesia católica en estos momentos entre los pobres del mundo - evidenciando su compromiso de encabezar la lucha contra la injusticia y las enfermedades y ofreciendo la esperanza de la salvación en este mundo y en el próximo.
Incluso mientras los africanos lloran la muerte de Juan Pablo II, las calles y las Iglesias están llenas de conjeturas sobre la posibilidad de que sea elegido el primer Pontífice africano de los tiempos modernos para suceder al primer no italiano en más 455 años.
El nombre que es repetido entre los posibles candidatos es el del cardenal Francis Arinze, de Nigeria - un sacerdote que transformó las escuelas misioneras en centros de acogida para los refugiados hambrientos.
Aunque Juan Pablo no aumentó el número de cardenales africanos que dejaron sus predecesores - suman ahora 11 frente a los 12 existentes cuando Juan Pablo ocupó el trono de Pedro - aumentó considerablemente su importancia al llamar a varios de ellos al Vaticano. Arinze, por ejemplo, fue encargado de mediar en las relaciones con otras religiones - uno de los temas favoritos de Juan Pablo.
"Juan Pablo fortaleció el papel de Africa en la Iglesia", dijo Mario Aguilar, decano de estudios teológicos en la Universidad de St. Andrews. "Juan Pablo dio a las iglesias africanas las herramientas para ser más importantes dentro de la Iglesia".
Aguilar dijo que al dar a los africanos una mayor participación en el Vaticano, Juan Pablo "aumentó las posibilidades de ver a un Papa africano".
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