El Significado de la navidad

... frases como esas escuchamos entrando la víspera decembrina, que mas que un sentimiento es mera publicidad y lo peor es que la compramos. ¿Porque no escribir una carta demostrando eso? .. Ah no! como me atrevo a decir eso! si ya existen las tarjetas que lo dicen todo ¬¬
En la época navideña abundan las sonrisas, los abrazos fraternos, los buenos deseos, el ambiente de paz y tranquilidad. Todo esto es para la mayoría de las personas el espíritu de la Navidad.
Aunque no hay una explicación científica para los cambios que experimentan las personas en estas fechas, desde el punto de vista psicológico, el espíritu de la Navidad es un estado de ánimo al que se llega en esta época debido a la predisposición de ser feliz ante el término de un año y el inicio de otro.
La época afecta a las personas en diferentes formas. No obstante, la mayoría tiende a la felicidad y se siente satisfecha con la idea de pasar una grata velada con su familia. Hay quienes, por el contrario, se deprimen y no desean celebración alguna.
Ya sea por tradición religiosa o cultural, la Navidad es un momento de reflexión en diferentes niveles y ese estado hace a la gente más sensible a los hechos positivos o negativos.
Esta situación propicia, en cierto grado, el consumismo, que lleva a canalizar el espíritu navideño en un sentido que no es estrictamente la razón de la fecha.

¡Y los regalos! Regalos para los hermanos, los papás, los suegros, los amigos, los compadres, los ahijados, los abuelos, los cuñados y no sé quién más. La lista puede alargarse al punto de tener que comprar unos ¿40, 50, 60 regalos? ... claro que el solo pensarlo, puede causar un daño colateral a los tendones de los brazos afectando de manera explosiva eso que comunmente llamamos "codos".
Nos dicen que lo importante no es lo que compramos si no lo que damos de corazón. Que lo básico es lo que ofrecemos hermosamente a aquellos que queremos o con los que nos sentimos de alguna manera comprometidos. Pero esta también aquella estrategia propagandistica que nos lava de una u otra forma el cerebro diciendonos "si tanto l@ quieres por que no le das esto, lo vale ¿no?" Y ahi vamos nosotros becerreando disque a poner manos a la obra. Se nos olvida que todo regalo es únicamente un símbolo, por costoso, extravagante, útil o interesante que sea, y los símbolos son objetos que tienen significación convencional, es decir que se establecen en virtud de la costumbre.
La fuerza de la costumbre es a menudo considerable. Y donde el consumo se ha vuelto hábito, pues eso es lo que domina. En una sociedad consumista los medios de producción y de comercialización están orientados para satisfacer necesidades diversas en muchos casos superficiales y superfluas.
¿Podemos neutralizar esta parodia del afecto? ¿Es posible sustraerse a tan poderosos estímulos y compartir abrazos, historias, tiempo, cercanía, cariño verdadero, sin dejarse arrollar por la propaganda ni rendirse a la poderosa tentación del consumismo? Creo que sí. A un nivel muy personal es más probable, posible. Es un esfuerzo considerable. Pero vale la pena intentarlo.
Puedo en la loca fantasía visualizar el tamaño del afecto que tendría que envolver para los que quiero y los brillantes colores de mis mejores deseos por ellos encintados en una oración constante y fervorosa por sus personas y familias Y no creo encontrar mejor obsequio para ofrecerles. Lo difícil va a ser que ellos piensen lo mismo.-
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